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martes, 22 de octubre de 2013

Contra los “abusadorcitos"



Lidiar con los conciudadanos a los que les gusta romper las reglas no es sencillo, sin embargo, hay entes y reglamentos que se encargan de resolver esas situaciones por usted.

Contra los “abusadorcitos"



            Sentido común. Para mantener una vida tranquila en sociedad sólo hace falta que cada uno de sus miembros proceda de manera lógica, de modo que la propia vivienda, sus alrededores, la urbanización y la ciudad en sí misma estén seguras, limpias, cuidadas y ordenadas. En otras palabras: si usted no puede vivir rodeado de desechos porque se enferma, tiene que pensar que a su vecino le pasa lo mismo.
            No obstante -y citando a las abuelitas-, con el transcurso del tiempo se ha ido perdiendo o quizás flexibilizando aquello de calzarse los zapatos del otro; en consecuencia, los caprichos individuales se valoran más que las necesidades de los demás, independientemente de que esos “demás” sean los señores que, día a día, hay que ver en el ascensor, al salir del estacionamiento, en el kiosco de la esquina o cuando se suscita una emergencia.
            Como es evidente, al no tomar en cuenta a los semejantes se puede incurrir en actos que perturban su bienestar y que, tarde o temprano, ellos van a reclamar. “Y, como no se ha construido comunidad, entonces la reacción es carajearte y así no se resuelve nada”, indicó Elías Santana, director de la Escuela de Ciudadanos y coordinador de la asociación Mi Condominio.com. 
Mejores prácticas           
            Según Santana, advertir la presencia de quienes moran al lado, al frente o en la misma urbe es, justamente, la clave para evitar que pasen a mayores desde las infracciones más pequeñas, hasta las más grandes. “Hay que tratar de evitar que la gente se conozca cuando surge un conflicto, es preferible que se hagan reuniones frecuentes como asambleas, celebrar el aniversario del edificio, agasajar a las madres en mayo, colocar en la cartelera cuando fallece el familiar de alguien, etc. Eso permite que, cuando suceden los roces, se pueda sondear al otro e ir sereno y con ganas de resolver”.
            En contextos regulares, esa cordialidad cultivada debería conducir a que el “Oye, anoche no pude dormir porque tenías la música un pelo alta” fuera suficiente para ponerle reparo a la situación, pero eso no siempre ocurre. “Depende del caso porque, por ejemplo, yo sé de una doña en Maracaibo que tiene dos hijos policías, quienes suelen andar armados, y yo nunca le sugeriría a un vecino que bajara a quejarse por su bulla”, dice el también columnista de Últimas Noticias.
            Toparse con una pared y que la molestia se siga produciendo, sólo puede llevar a tomar medidas contundentes. Lo ideal es, quizás, intentarlo una vez más con las normas en bajo el brazo, sea que se tenga un reglamento interno o sea recurriendo a otros instrumentos legales. Si eso no funciona, conviene solicitar apoyo en distintos entes.


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En papel 
-Documentos de condominio
En teoría, cada conjunto residencial de bloques o rascacielos debería tenerlo desde su fundación, de acuerdo con la Ley de Propiedad Horizontal. En ellos hay disposiciones que establecen desde las labores de los administradores, los procedimientos contra los morosos hasta las formas de arreglar fallas estructurales que afectan a más de un habitante. 
-Ley de Propiedad Horizontal
Si bien data de 1983 y no tiene competencia en barrios y urbanizaciones, en ella se asientan los parámetros de coexistencia dentro de los edificios. Aborda lo relativo a la conservación y utilización de las áreas colectivas. 
-Código Civil
Regula las relaciones entre las personas naturales y jurídicas, privadas y estatales en numerosos ámbitos, entre ellos en asuntos tan puntuales como los daños ocasionados a un muro compartido o la posibilidad de tomar los frutos que caen de un árbol en casas contiguas.
-Ordenanzas de Convivencia Ciudadana
Son promulgadas a escala local y tienen contenidos similares, aunque algunos son adaptados a las especificidades de la jurisdicción. “No tengo los números exactos, pero me atrevería a afirmar que más de la mitad de los municipios del país tiene una”, aseveró Elías Santana y añadió: “Lo crucial es que dicen cuáles son las cosas que no se deben hacer, que los ciudadanos pueden solicitar la intervención de las autoridades de la alcaldía y que si no obtienen respuesta, tienen derecho a recurrir al inmediato superior”.
Estipulan, en adición, sanciones monetarias (de 2 hasta 60 unidades tributarias) y ejemplares en materia de:
*Mendicidad y sujetos que excretan en la calle
*Consumo y venta de bebidas alcohólicas en espacios públicos
*Abusos cometidos con vehículos automotores
*Peatones imprudentes
*Episodios sexuales y comercio sexual en las vías y en cualquier sitio no privado
*Marchas, protestas, concentraciones, manifestaciones fuera de control
*Peleas, riñas, intimidaciones
*Falsas alarmas
*Contaminación por residuos
*Ruidos molestos
*Mascotas desatendidas o no controladas
*Deterioro (manchas, rayas, carteles) de estructuras
*Reincidencia en el desacato de uno o varios de sus parámetros
-Ley para la Protección de la Fauna Doméstica Libre y en Cautiverio
Implanta los deberes y derechos para quienes poseen mascotas y para la ciudadanía en general, con respecto a su trato. Prevé sanciones para quienes incumplan la recolección de las heces, el uso de correa, el cuidado adecuado, entro otras condiciones básicas.

-Ley de Transporte Terrestre
Dicta lo concerniente al buen-transitar y, junto con su reglamento, determina que actividades “corrientes” como los “piques” son ilegales, al igual que estacionar en zonas como las aceras, así sea frente a la propia vivienda.  
-Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz
Crea la figura del juez de paz comunal, encargado de dirimir conflictos entre moradores en poblaciones entre 4 mil y 6 mil habitantes sobre la base del diálogo y la conciliación. También puede involucrarse en casos de violencia contra la infancia o de género.
-Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes y Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia
Echa por tierra la creencia popular de que en los pleitos domésticos de terceros “no hay que meterse”. Según ambos estatutos, cualquiera puede denunciar las amenazas y violaciones a los derechos y garantías de los menores de edad o de las mujeres.
-Otras
A escala local o regional existen ordenanzas concretas, que se pueden consultar en los portales web que poseen la mayoría de sus gobiernos. Algunas disciplinan con más precisión el tema de los ruidos, de la violencia de género, de los espectáculos o del consumo de cigarrillo en lugares públicos.


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En persona
            Usted puede solicitar asistencia externa cuando, por más que le toque el timbre librito en mano, el chamo con el rock explosivo, el que saca la basura al frente tres días antes de que pase el aseo, el que tiene un perrito que no para de ladrar o el que le quita su puesto de estacionamiento no lo toma en consideración.
            “La instancia a acudir dependerá de la organización que se haya dado. Por ejemplo, en Carabobo existe el prefecto comunitarito, quien es el que lidia con estas cuestiones”, explicó Santana. De todos modos, lo ideal es comparecer, en principio, ante quien puede tener una comprensión más próxima de lo que acontece. 
-Junta de condominio o asociación de vecinos
-Sitio donde opere el juez de paz
-Concejo comunal
-Prefectura comunitaria
-Policía o cuerpo de bomberos municipales
-Policía de circulación municipal, para los que violan las pautas de tránsito
-Alcaldía. Suelen tener departamentos o institutos autónomos que abordan estos escenarios de hostilidad, como la Rectoría para la Convivencia Ciudadana de la Alcaldía Metropolitana que, además, tiene oficinas itinerantes, o el Instituto Municipal de Capacitación y Educación Ciudadana de la Alcaldía de Maracaibo. 
Si padece una circunstancia extrema, que incluya amenazas, maniobras para lesionarlo o agresiones físicas y/o verbales contra usted o los suyos (incluidos sus animalitos), puede acercarse a la Defensoría del Pueblo o a los tribunales competentes.
En la web 
            Muchos de los equipos de atención antes mencionados han abierto sus espacios digitales, en las redes sociales y de mensajería instantánea, no sólo para facilitar el acceso a las leyes, normativas y trámites, sino para que los ciudadanos puedan hacer sus denuncias y reclamos sin necesidad de trasladarse.
            En Caracas, el consejo comunal de Las Mercedes montó un blog que, más adelante, permitió la creación de un rotativo bimestral, mientras que su par de La Trinidad se vale de Facebook para convocar y propagar su trabajo; en Valencia, el condominio de las residencias El Encanto también armó una bitácora virtual; en http://www.podersocial.org hay un gran intento de aglutinar las ordenanzas de cada uno de los municipios de Venezuela y el concejo comunal de Los Roques tiene un completo site, con correo de contacto. Esto, por enumerar algunas iniciativas.

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En los medios    
            Tanto en sus versiones online como en las impresas, los periódicos tienen secciones como “La Voz del Lector” donde se pueden hacer notorios los descontentos y pedir ayuda a las autoridades, para que el coresidente ofensivo entre por el carril.
WWW
Mi Condominio.com


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